viernes, 25 de octubre de 2013

REÍRSE DE UNO MISMO



 No es necesario invocar el estoicismo ante los males que nos depara la existencia. Sin embargo, es muy  cierto que la sonrisa es relajante y puede ser el comienzo de una fase de sosiego fundamental para contemplar lo que a uno le pasa y contarlo. Yo comprendo que a casi todos nos resulta difícil aplicarnos esa máxima que mantiene las ventajas de empezar por reírse de uno mismo para que la vida se nos haga menos dura.



El otro día andando por la calle di un traspiés que estuve trastabillando unos cuantos metros sin llegar a caer; la gente al verme caminando tan rápido se quedó mirando con curiosidad, cuando pude parar, puse cara de circunstancias y, dije esbozando una sonrisa-tropezón que no caes, terreno que adelantas-

Llego a la sucursal de un banco empujo la puerta para entrar y no se abre, insisto con más fuerza y nada, detrás de mí hay otra persona que al ver que no consigo abrir me reemplaza, empuja y zaranda fuertemente la puerta, nos miramos y digo - quizás esté cerrado por seguridad, llamaremos al timbre - llamamos y, tras los cristales de la puerta vemos a los empleados imperturbables ni miran siquiera; en esto, una tercera persona que viene decidida, estira de la puerta hacia sí y la puerta se abre...hacía fuera.  El otro y yo nos observamos con un interrogante ¿Quién es más torpe de los dos?    

Estábamos en una conversación muy acalorada, era un asunto importante, llevábamos un buen rato, tengo prisa y lo tenemos que dejar, apresuradamente con las últimas palabras sobre el tema, mecánicamente y sin mirar,  presiono el mando para abrir el coche, abro la puerta y sin dejar de mirar a mi interlocutor tomo asiento, voy a poner las manos al volante y ¡¡no hay volante!! Al otro le entró la risa, yo muy digno, baje, me di la vuelta alrededor del coche y volví a entrar, pero esta vez por el lado del conductor.   

miércoles, 9 de octubre de 2013

¡RESPETO!



 Desde hace un tiempo con frio o calor, encorvado apoyado en su bastón, siempre le veo solo, siempre está “solo”. Un  día me senté junto a él en un banco donde suele descansar, parece que se queda mirando el paso de la gente, pero no, su mirada está ausente como si mirara en su interior. No sé de qué manera, después de estar un tiempo a su lado, entablamos conversación, el viejo reservado y solitario, me contó cosas que dan para una reflexión ¡solo pide respeto!
Este anciano sabe y es consciente de que son los últimos días de una azarosa existencia, una vida que comenzó al nacer poco antes de la guerra “incivil” española, a consecuencia de esa barbarie murió su madre cuando el apenas tenía siete años, siempre echó de menos el amor necesario de una madre cuando más lo necesitaba. Cariño que al carecer de el durante mucho tiempo creía que se podía acostumbrar, pero no, vivir sin cariño es muy duro. La verdad, no se le veía muy entusiasmado a contarme retazos de su vida pero lo hacía como hablando consigo mismo, esta lucido y, de palabra fluida, tranquilo y reposado. Mientras desgranaba pasajes de su vida de forma casi telegráfica intercala a menudo la palabra ¡respeto! Tiene un evidente defecto físico de nacimiento, del que me dice que no se ha podido permitir el lujo de tener complejos, pues él siempre ha optado por verse como él se veía no como le veían los demás. Continúa diciéndome que, educo a sus hijos en la honradez y respeto a los demás y, solo pide recoger los frutos. En una pausa, me arriesgo hacerle una pregunta –perdón ¿tiene Vd. familia? bueno, quiero decir, si en la actualidad vive en familia-  me responde - sí, claro – entonces no está solo - en cierto sentido si, no estoy solo, me siento solo, a veces se está solo rodeado de gente. Pero la cuestión es; se creen con derecho a pedirme cuentas y explicaciones de mis actos y, sobre todo, a recriminarme fallos, descuidos o desajustes fisiológicos debido a la edad –

Este hombre viejo quiere tan poca cosa y ¿tan difícil es dárselo? ¡solo pide respeto! Y consideración.   
 “con su persona y con lo que nos cuentan, los ancianos nos hacen participes de sus días vividos, el ayer que transformaron con su trabajo, que ha dado forma a nuestro presente, y que nos hace capaces de proyectar y comprometernos en la construcción de un futuro más humano, continuando el esfuerzo de las generaciones pasadas”.

miércoles, 2 de octubre de 2013

CUANDO ACABE LA CRISIS




el cartelito dice asi:
Que dice mi mamá que si me podian dejar una tacita de euros...
para sobrevivir y esas cosas ¿Por favor?

Extracto de un correo (sin firma) que me enviaron hace  unos días.

“Un buen día del año 2014 nos despertaremos y nos anunciarán que la crisis ha terminado. Correrán ríos de tinta escritos con nuestros dolores, celebrarán el fin de la pesadilla, nos harán creer que ha pasado el peligro aunque nos advertirán de que todavía hay síntomas de debilidad y que hay que ser muy prudentes para evitar recaídas. Conseguirán que respiremos aliviados, que celebremos el acontecimiento, que depongamos la actitud crítica contra los poderes y nos prometerán que, poco a poco, volverá la tranquilidad a nuestras vidas.
Un buen día del año 2014, la crisis habrá terminado oficialmente y se nos quedará cara de bobos agradecidos, nos reprocharán nuestra desconfianza, darán por buenas las políticas de ajuste y volverán a dar cuerda al carrusel de la economía. Por supuesto, la crisis ecológica, la crisis del reparto desigual, la crisis de la imposibilidad de crecimiento infinito permanecerá intacta pero esa amenaza nunca ha sido publicada ni difundida y los que de verdad dominan el mundo habrán puesto punto final a esta crisis estafa —mitad realidad, mitad ficción—, cuyo origen es difícil de descifrar pero cuyos objetivos han sido claros y contundentes: hacernos retroceder 30 años en derechos y en salarios.
Un buen día del año 2014, cuando los salarios se hayan abaratado hasta límites tercermundistas; cuando el trabajo sea tan barato que deje de ser el factor determinante del producto; cuando hayan arrodillado a todas las profesiones para que sus saberes quepan en una nómina escuálida; cuando hayan amaestrado a la juventud en el arte de trabajar casi gratis; cuando dispongan de una reserva de millones de personas paradas dispuestas a ser polivalentes, desplazables y amoldables con tal de huir del infierno de la desesperación, ENTONCES LA CRISIS HABRÁ TERMINADO”.

¡¡Cuando termine la recesión en España, habremos perdido 30 años en derechos y salarios!!